Autora: María de Lourdes Puig

En escena, dos personajes. Escoja usted el género.

 

1: ¿Qué haces? ¡No abras la puerta!

2: Pero entán tocando…

1: ¡No importa! ¡No abras!

2: Al menos deja ver quién es.

1: ¡No! No te asomes por la ventana.

2: Está cerrada la cortina, no me voy a asomar solo déjame ver quién es.

1: ¡No importa quién sea! Será un extraño… seguramente.

2: ¿Cómo puedes saberlo?

1: Porque si fuera un familiar, amigo o alguien conocido me hubiera contactado por whatsapp para anunciar su visita.

2: “Anunciar su visita”… (ríe).

1: Además, mira la hora que es… faltan veinte minutos para el toque de queda.

2: La cantidad de vida que corre en veinte minutos… en quince. ¿Te acuerdas del microteatro?

1: ¿Qué tiene que ver eso ahora?

2: No sé… es que lo recordé cuando hablaste de veinte minutos…

1: Quince, treinta, sesenta, noventa o ciento veinte, ¡qué más da! El toque de queda se viene y nos coge a todos por igual. Además, una cosa es microteatro y otra cosa es teatro breve, ¡a ver si te aclaras de una vez!

2: Cierto. (Pausa breve) ¿Entonces?

1: ¿Entonces qué!

2: ¿Qué hago?

1: ¡No abras la puerta!

2: ¿Y si veo por la…?

1: ¡No te asomes a la ventana!

2: ¡Que no me voy a asomar, te digo!, solo déjame ver por un ladito de la cortina…

1: ¡¡Nooo!! Es mejor así, no te muevas. No hagas ruido. No respires.

2: ¿Que no respire? ¡Me muero, pues!

1: Mejor la muerte que el encierro cruel.

2: ¿Qué dices!

1: Digo que no estamos hechos para el aislamiento. Necesitamos de los demás para vivir.

2: Claro, entiendo. Los ensayos, las funciones, los aplausos, los abrazos…

1: ¡La taquilla! Necesitamos de la taquilla para vivir, ¿entiendes? ¡No es una metáfora, por dios!

2: Uy, eso sí que sonó comercial… (pausa breve) ¿Qué propones?

1: ¡Qué sé yo!… Esta pandemia es una tragedia para el teatro.

2: ¿Para el teatro?

1: ¡Sí, para el teatro!

2: Y… ¿qué es el teatro?

1: ¿Ah?

2: Digo, ¿el teatro tiene tripa?

1: No entiendo.

2: ¿En serio crees que el teatro peligra por esta pandemia?

1: ¿Ah, no!

2: ¡Pues no! Creo… Creo que los que estamos en riesgo somos nosotros, los implicados. Nosotros sí tenemos tripa y necesitamos comer.

1: Cierto.

2: Hoy somos nosotros y mañana serán otros… Podemos morir ahora mismo y el teatro continuará en el tiempo, con otros creadores, actores y actrices bajo la luz.

1: Tienes razón. Y dejándonos de retórica, lo que nos urge aquí y ahora es la subsistencia.

2: Llenar la tripa.

1: Y el alma. Como dijo… “El valor de una obra de teatro no depende de su extensión sino de su potencia, de su capacidad para transmitir al espectador la experiencia.”

2: ¿Quién lo dijo?

1: ¡Ah, qué sé yo… ya lo olvidé! No me pidas la referencia que no soy intelectual.

2: ¡Jesús! (se persigna y toca madera). Que no te escuchen los académicos del teatro.

1: No te preocupes, no pueden escucharnos. Ellos están en la otra orilla… más allá de las palabras, más allá de las necesidades del cuerpo, más allá… mucho más.

2: ¿Se murieron?

1: No. Son inmortales ya.

2: Por el distanciamiento.

1: Correcto.

2: Pero, ¿y nosotros? ¿Los humildes teatreros?

1: ¡Ja! No hay teatrero humilde (ríe).

2: Bueno… eso es parte del proceso, también. Observar el ego, esa lucha interior…

1: ¡Y exterior! (interrumpiendo). El conflicto es el ingrediente base en la dieta del histrión. No conformes con vivirlo en la escena, lo trasladamos a la cotidianidad…

2: Siguen llamando a la puerta.

1: ¡Ignóralo! Ya se cansará.

2: ¿Y si no se cansa?

1: Todos nos cansamos de llamar y no ser atendidos. Ya se irá.

2: Triste destino.

1: ¿El de quién? ¿El del insensato que insiste, resiste y persiste? ¿O el del sordo que no atiende el llamado?

2: El de los dos. Ambos ganan o pierden, juntos.

 

Pausa.

 

2: Abriré la puerta.

1: ¡¡Nooo!! ¡No lo hagas por favor! ¡Ponte el tapabocas!

2: ¿Cuánto tiempo más hemos de usar tapabocas? ¡Que cada quien cante sus “verdades” y el resto que no joda! Que afuera hay un mundo más grande que el metro cuadrado donde damos brincos y volteretas para terminar mordiéndonos el rabo, como perros neuróticos.

1: ¡Pues para eso ha de servir el tapabocas! Para que cada quien medite sus palabras antes de ladrar con rabia… que quizás necesitamos hablar menos y escucharnos más.

 

Pausa.

 

1 y 2: ¿Tienes miedo?

1 y 2: Sí.

 

Se apagan las luces. Al fondo, se abre una puerta y la luz exterior surca la escena.

Telón.

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María de Lourdes Falconi Puig

Escritora y dramaturga.  Estudió Literatura en la UCSG; diplomada por el CELCIT de Argentina en Escritura Dramática.  Su formación teatral la realiza como autodidacta y tomando diversos cursos y talleres con reconocidos maestros nacionales y extranjeros.  Autora del libro de textos dramáticos Mudar de pies y otras piezas breves (2016); publicaciones en prosa, artículos sobre temática teatral para revistas especializadas y prensa escrita. Profesora de Dramaturgia en el Estudio Paulsen. Directora de Arcano Artes Escénicas, donde dicta sus talleres de Dramaturgia Textual.