
Autora: Mayerly Soto
Sofía: Me gusta cuando mi mamá calienta el agua, me gusta ver las burbujas de jabón saliendo por los aires, ¿así se siente ser un ave? Allí va una… pum, desaparece. Ahí va otra, sube y sube… va a ganar… pum, desaparece. Me estoy poniendo como una viejita, tengo las manos del abuelo. Me da risa cómo se sienten sobre mis mejillas. (Ríe) ¿Por qué mis manos son de viejita y el resto no? Es como si envejecieran más rápido que todos. Si toco un labio con otro labio se siente suave, si toco un brazo con el otro se siente suave, hasta la herida en la rodilla se siente suave si la toco con una pierna, pero mis manos… no, ellas son las mayores. Mandan sobre los demás. ¿Mano, podemos hacer volar varias burbujas de jabón? (Ríe) Y allí va una pequeña, sube y sube… Pareciera que las más pequeñas suben más rápido que las grandotas, ellas nos suben, toman impulso y luego pum, desaparecen en el aire. Mi mamá me dice que solo puedo estar diez minutos bajo el agua, que no puedo demorarme más o sino me orino en la cama por toda el agua que entra por mi boca. Mi mamá piensa que el agua con jabón me sabe a rico, pero no… Solo me gusta ver cómo las aves de la tina vuelan por el cuarto. A veces me dice que de tanto estar en el agua me voy a convertir en la abuelita Sofía y que me van a salir canas en toda la cabeza. Me imagino con el pelo largo y blanco y me da risa, ¿seré una viejita brava? Y así me quedo frente al espejo imaginando cómo me vería con el pelo blanco, la espalda jorobada y la cara arrugada, arrugada como los dedos bajo el agua. ¿Mano, podemos traer al señor cocodrilo? (Ríe) Le digo señor Coco aunque sea un pulpo. Los cocodrilos son fuertes y los pulpos no, pero los pulpos pueden estar abajo, bien abajo, en el oscuro del mar. Pero los pulpos son escurridizos, y por lo que he escuchado, a mi mamá no le gusta la gente escurridiza, entonces le coloqué Coco. Me gusta jugar con el señor Coco porque me ayuda a esconderme cuando me vienen a sacar, él me lleva a lo más hondo y yo lo sigo, no me da miedo que esté oscuro porque sé nadar. Creo.
Mamá: ¡Sofía, ya es hora de salir!
Sofía: Señor Coco, ayúdeme a esconderme. Y así, voy bajando varios kilómetros hacia abajo buscando al señor Coco. Si cierro los ojos puedo sentirme una sola con el agua. Es como si mi cuerpo fuera de agua, se pierde entre las burbujas y entre lo oscuro. Ya casi no logro ver mis dedos de viejita.
Mamá: ¡Sofía!
Sofía: Esa lámpara rosa siempre me gustó. Recuerdo que llegó un día con mi abuelo, mi mamá estaba tan contenta por la lámpara que lloraba de felicidad, siempre le ha gustado el color rosado. Yo hubiera preferido una azul, pero mi abuelo estaba tan contento dándomela que no pude evitar sentir mucha felicidad porque fuera rosa. A veces titila, se prende y se apaga. Yo le dije a mi mamá una vez que era un fantasma y ella me dijo que no, que era una luciérgana rosa. Me puedo quedar aquí todo el tiempo, el señor Coco no me regaña si me vuelvo una viejita, no me dice cuándo debo comer, tampoco pelea conmigo. Es mi mejor amigo. Sabe muchos secretos que no puedo decirle a nadie y que él tampoco puede decirme pero que nadan bajo el agua.
Mamá: ¡Sofía!
Sofía: Le dije a mi abuelo que no había problema con nadie en mi colegio, pero la verdad sí. Hay un niño que no soporto. Es un niño gordo y feo. Siempre, cuando estamos acostados, se acerca a mí, abre la boca y empieza a sacarme la lengua. Se hace tan cerca de mi cara que puedo recordar las calles tapadas o cuando pasa el carro de la basura. Luego se ríe y empieza de nuevo a acercarme su lengua a la cara, no puedo gritar ni acusarlo porque la última vez que lo intenté el olor de su lengua tapó mi boca cuando la abrí y no me gustó.
Mamá: ¡Sofía!
Sofía: Mamá se va a enojar si me ve toda arrugada como una viejita. Cierro los ojos y me hago la dormida bajo el agua, pum, pum, soy un ave en las profundidades.

Mayerly Soto
Cali, Colombia. Licenciada en arte dramática de la Universidad del Valle, ha participado en diferentes montajes teatrales como actriz, directora y productora. Actualmente se encuentra vinculada al grupo teatral L’Oiseau et la Plume y al colectivo de escritura dramática Cali Dramática.
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